Local Church Budget
I remember it like it was yesterday. I got a call from a close friend saying that they had gotten an incredible job in an incredible city that would be their dream come true. I celebrated with my friend, while also feeling the sting of pain from my own disappointment from recently being rejected from yet another job for which I was qualified, yet was not found worthy to possess.
Disappointment and rejection can be hard things to deal with. One thing that God taught me and my family during that season of our lives was that though it may not be “my turn” for the blessing of my dream job, it is always “my turn” to serve God and those around me by doing my best, no matter what position I’m in.
One thing that has blessed me and many others during tough times is the support local churches offer to those who are struggling just to make it. I’ve been in small group Bible study where other members prayed for me and supported me in many ways, both with physical needs and spiritual. Today’s offering will go to support our local church budget, which supports ministries that are the heartbeat of our church all week long, not just on Sabbath. “The Lord Jesus himself said: ‘It is more blessed to give than to receive’” (Acts 20:35, NIV).
By Heather Thompson Day
Presupuesto de la iglesia local
Recuerdo como si fuera ayer cuando un amigo cercano me llamó para contarme que había conseguido un trabajo increíble en una ciudad maravillosa, y que esto era para él un sueño hecho realidad. Celebré la noticia con mi amigo, pero a la vez sentí el dolor de mi propia decepción por haber sido rechazada recientemente en otro trabajo para el cual estaba calificada; un sueño que no tuve la oportunidad de realizar.
La decepción y el rechazo pueden ser difíciles de sobrellevar. Una cosa que Dios nos enseñó a mí y a mi familia durante esa temporada de nuestras vidas, fue que aunque no sea “mi turno” para la bendición del trabajo de mis sueños, siempre es “mi turno” para servir a Dios y a los que me rodean haciendo lo mejor que pueda, sin importar la posición en la que me encuentre.
Fui muy bendecida durante tiempos difíciles, al igual que muchos otros, gracias a las iglesias locales que se esfuerzan en ayudar a aquellos que luchan por salir adelante. Participé en grupos pequeños de estudio bíblico en los que otros miembros oraron por mí y me brindaron su apoyo de distintas formas, tanto con necesidades físicas como espirituales. La ofrenda de hoy se destina a apoyar el presupuesto de nuestra iglesia local, que sostiene los ministerios que trabajan durante toda la semana, no solo el sábado, para llevar el mensaje. El señor Jesús dijo: “Hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos 20:35, NVI).
Heather Thompson Day
