Offertory Readings | Local Church Budget
Local Church Budget
“And His name, through faith in His name, has made this man strong, whom you see and know. Yes, the faith which comes through Him has given him this perfect soundness in the presence of you all” (Acts 3:16, NKJV). In the book of Acts, Jesus’ followers were given incredible power through Jesus to heal people! How amazing is that?
The scriptures teach us about our all-powerful God who desires to work through us. I have found that God places people in my path to remind me of His power. One time, a young woman came to see me during my office hours. She did not come to discuss class assignments – she came looking for this God of miracles that I share in my communications classes. Meeting after meeting, I was delighted to listen to her wrestle with her faith, and I was grateful to pray with her. Most of the time when we met, I just listened. And yet, in our busy world, listening to someone can be one of the greatest gifts you can give to them.
That woman has since graduated and left our university, but I know without a doubt that our meetings, shared laughter, and prayer allowed her to see the love of Christ more fully, through having someone to lean on spiritually. Friends, today we have the opportunity to give so that our local church continues to be a blessing to those around us.
By Heather Thompson Day
Presupuesto de la iglesia local
“Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros” (Hechos 3: 16, RVR1960). En el libro de los Hechos, a los seguidores de Jesús se les dio un poder increíble a través de Jesús para sanar a la gente. ¿Cuán asombroso es eso?
Las Escrituras nos hablan de nuestro Dios todopoderoso, que desea obrar a través de nosotros. He descubierto que Dios pone a personas en mi trayectoria para recordarme su poder. Una vez, una joven se me acercó para conversar. No vino a hablar de las actividades de clase, sino a buscar al Dios de los milagros que comparto en mis clases de comunicación. Encuentro tras encuentro, me encantó escucharla debatir acerca de su fe, y me sentí llena de gratitud al orar con ella. La mayoría de las veces que nos reuníamos, me limitaba a escuchar. Y, sin embargo, en nuestro ajetreado mundo, escuchar a alguien puede ser uno de los mayores regalos que podemos hacerle.
Esa mujer ya se graduó y ya no está en nuestra universidad, pero sé sin lugar a dudas que nuestras reuniones, risas compartidas y oraciones le permitieron ver el amor de Cristo más plenamente, al tener a alguien en quien apoyarse espiritualmente. Amigos, hoy tenemos la oportunidad de dar para que nuestra iglesia local continúe siendo una bendición para los que nos rodean.
Heather Thompson Day