Offertory Reading – Religious Liberty
Today, more than two-thirds of the world’s population live in countries where there are restrictions on religious liberty. As we worship together this morning, religious freedom is denied in places such as North Korea and Saudi Arabia. In Afghanistan, Pakistan, Iran, and many other countries religious minorities face hostility and danger. In China, people of faith endure government surveillance and restrictions.
This morning, in North America, we are blessed. We have the constitutional right to worship—openly and without fear. We can share our faith freely with others. Yet even here, we can’t take this blessing for granted. As we read the headlines and look at the culture around us, we can see that the God-given gift of religious freedom is not always valued as it should be. And even today, in this land of liberty, Sabbath-keepers still face challenges in the workplace.
More than 150 years ago, Ellen White urged us to “hold high the banner of truth and religious liberty” in these last days. The offering we will collect now allows our church in North America to do exactly that—to defend religious freedom in the courts, to support church members who face discrimination in the workplace, and to send almost a million copies of Liberty magazine each year to lawmakers and thought leaders across our nation. Please give generously as together we work to safeguard the precious gift of religious liberty
En la actualidad, más de dos tercios de la población mundial vive en países donde existen restricciones a la libertad religiosa. Mientras adoramos juntos esta mañana, esta libertad se niega en lugares como Corea del Norte y Arabia Saudita; en Afganistán, Pakistán, Irán y muchos otros países, las minorías religiosas tienen que enfrentar hostilidades y peligros. En China, los creyentes se enfrentan a la vigilancia y restricciones del gobierno.
Esta mañana, en Norteamérica, somos bendecidos. Tenemos el derecho constitucional de practicar nuestro culto abiertamente y sin miedo. Podemos compartir nuestra fe libremente con los demás. Pero incluso en este momento no podemos dar por hecho esta bendición. Cuando vemos nuestros medios de comunicación y nos fijamos en la cultura que nos rodea, podemos ver que el don divino de la libertad religiosa no siempre se aprecia como debería ser. Incluso hoy, en esta tierra de libertad, los observadores del sábado siguen afrontando desafíos en sus lugares de trabajo.
Hace más de 150 años, Elena White nos instó a “mantener en alto el estandarte de la verdad y la libertad religiosa” en estos últimos días. La ofrenda que recogeremos permite a nuestra iglesia en Norteamérica hacer exactamente eso: defender la libertad religiosa en los tribunales, apoyar a los miembros de la iglesia que sufren discriminación en el lugar de trabajo, y hacer llegar cada año casi un millón de ejemplares de la revista Liberty a legisladores y pensadores de todo el país. Por favor, done generosamente mientras trabajamos juntos para salvaguardar el precioso regalo de la libertad religiosa.
