Offertory Reading | Local Church Budget
Local Church Budget
The beach is one of my favorite places. My family lives close to the beach, and it is a wonderful place to come to, especially when the weather is warm. My husband and I have taken many walks along the water and prayed for God to guide the next steps of our lives.
Looking at the water, we can all be reminded of God’s sovereignty. That’s a big, theological word that simply means that God reigns above everything. God is in control. When the disciples, in the book of Mark, were caught in a storm, they cried out to Jesus for His help. Jesus was fast asleep, but they woke Him up and He calmed the storm that threatened their lives. Their response was, “…[they] said to one another, ‘Who can this be, that even the wind and the sea obey Him!’” (Mark 4:41 NKJV).
Today, we can rest in knowing that our God is able to calm all of the storms in our lives. Even deeper than that, God is able to give us a sense of peace, even when the world around us feels like it is in chaos. We are blessed to be able to gather as believers and encourage each other with our testimonies of how God has carried us through the storms of our lives. As we return our tithe and offering today, let our hearts give from a place of gratitude for our “storm-calming” God.
By Heather Thompson Day
Presupuesto de la iglesia local
Uno de mis lugares favoritos es la playa. Con mi familia vivimos cerca de la costa y es un lugar maravilloso al que acudir, sobre todo cuando hace calor. Mi esposo y yo hemos hecho muchas caminatas junto al agua y hemos orado para que Dios guíe los próximos pasos de nuestras vidas.
Al mirar el agua podemos ser conscientes de la soberanía de Dios; una palabra teológica que significa simplemente que Dios reina por encima de todo, que Él tiene el control. Cuando los discípulos, en el libro de Marcos, se vieron en medio de una tormenta, clamaron a Jesús pidiendo su ayuda. Jesús dormía profundamente, pero lo despertaron y calmó la tormenta que amenazaba destruir sus vidas. La reacción fue: “…y se decían unos a otros: ‘¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?’” (Marcos 4:41, NVI).
Hoy podemos descansar sabiendo que nuestro Dios es capaz de calmar todas las tormentas de nuestra vida. Aún más, Dios es capaz de darnos una sensación de paz, incluso cuando el mundo que nos rodea parece estar sumido en el caos. Tenemos la bendición de reunirnos como hermanos y animarnos los unos a los otros con nuestros testimonios de cómo Dios nos acompaña durante las tormentas de nuestras vidas. Al devolver hoy los diezmos y dar las ofrendas, permitamos que nuestros corazones lo hagan con gratitud hacia nuestro Dios “que calma tormentas”.
Heather Thompson Day
